El tamaño de estas marionetas es ínfimo, increíble, y sus movimientos alcanzan tal delicadeza que acarician lo sublime, todo aquello que es desbordante emoción. Su bailarina, que desliza en las manos del público más afortunado, imprime sonrisas y hasta lágrimas en el espectador que tiene la fortuna de poder conseguir una entrada. Los espectáculos se representan en un palco minúsculo, por lo que los espectadores –un número muy limitado de personas– deben situarse muy cerca para tener una perfecta visión de la actuación. De esta forma, se establece una relación estrecha entre el personaje y el público, que es transportado a una experiencia de teatro de figura inolvidable.
Stop, concebido para lugares donde el público cambia constantemente, se compone de piezas de entre tres y cinco minutos, sin palabras y con música clásica, donde un minúsculo payaso, unos peces o la sutil bailarina nos hacen estar en contacto con la vida en su esencia más pura e inocente, aunque solo sea por un instante maravilloso. La destreza de Lénárt sirve, simplemente, para realzar el sentido de maravilla.
Micromagia para espectáculos con alma.
Martes 13 a las 17:30 y 18:30
Miércoles 14 a las 17:30 y 18:30
Jueves 15 a las 17:30 y 18:30
Viernes 16 a las 17:30 y 18:30
Sábado 17 a las 12:00, 13:00, 17:00 y 18:00
Domingo 18 a las 12:00, 13:00, 17:00 y 18:00