“Empezarás por trabajar con los dedos, luego con las manos, y, por último, con el brazo, pero no podrás llamarte marionetista hasta que no trabajes con el corazón”, dice este anónimo japonés que la compañía Hilando Títeres, mitad argentina y mitad española, ha hecho suya en estos 28 años haciendo teatro. Gonzalo Cardone y Mar Gasco comenzaron especializándose en marioneta de hilo con aquel Aladino y la lámpara Maravillosa que estrenaron en el Centro Cultural de la Villa de Madrid (hoy Teatro Fernán Gómez). Más tarde, llegarían otros montajes sobre cuentos infantiles (El sastrecillo valiente, La Bella durmiente, Alicia en el país de las maravillas) y espectáculos como Soliluna, ¡Beeh! El rebaño. Entre 2005 y 2008, en colaboración con la Asociación Proculturas, impulsaron el programa de formación de educadores y de ocio para niños Escuela Activa, Títeres en la Escuela, en los campos de refugiados saharauis de Tindouf en Argelia, y en 2009 llevaron a cabo talleres formativos en Palestina. Han dirigido la Escuela de Verano de UNIMA desde 2003 a 2006, y han desarrollado actividades de narración oral en bibliotecas de Madrid, Andalucía, Castilla La Mancha y Castilla León. En 2013, junto con otras cuatro compañías de títeres, crearon el colectivo Proartis, que, entre otros trabajos, ha realizado durante algunos años “Títeres bajo el cielo” (Festival de Títeres del Ayuntamiento de Toledo durante las fiestas del Corpus Christi).