Una edición marcada por el espíritu único del Festival y la calidad de los espectáculos
Alrededor de 40.000 espectadores disfrutaron en Segovia de la 33 edición de Titirimundi
El 33 Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia Titirimundi ha terminado con un balance de un 98% de entradas vendidas en patios y espacios cerrados y alrededor de 40.000 espectadores, con un comienzo de fin de semana de descenso radical de temperatura y con menos participación de los habitantes de la ciudad en los días laborables, paradójicamente a las críticas que se reciben habitualmente respecto a la llegada de turistas, el puente de San Isidro, que este año no ha habido, y la imposibilidad de disfrutar del festival adecuadamente por parte de la ciudadanía.

La climatología ha sido contrastada y los momentos de lluvia no han podido con el festival, pues los espectadores acudieron con paraguas y sólo ocasionó la cancelación de una función de La Canica, más por viento, ya que volaban los calcetines y objetos protagonistas del espectáculo. De modo que este año en Segovia se han llevado a cabo 315 funciones en 6 jornadas consecutivas, con una media de 53 funciones diarias, a cargo de 35 compañías de 14 países.
En las sesiones de interior de los espacios de Titirimundi se registraron 5.615 espectadores, con entradas agotadas incluso en el espacio de mayor envergadura, el Circo Rasposo, instalado en la Plaza de Toros de San Lorenzo. Únicamente las 6 representaciones que se han llevado a cabo en el Teatro Juan Bravo no se han llenado, con una cifra de 1.059 espectadores que compraron sus billetes para poder asistir a las funciones.
En las sesiones de interior se registraron 6.925 espectadores, 1.300 más que el pasado año, con entradas agotadas, a excepción de Babylon en el Teatro Juan Bravo el domingo 19.
Respecto a los espectadores de Titiricole, 1.976 escolares participaron este año tanto de un lado del escenario como del otro, con 21 años que avalan unos resultados cuantitativos y cualitativos considerables y una referencia en el mundo educativo.
Para poder ver los espectáculos de los patios, se vendieron 7.160 localidades, este año con más montajes en estos espacios históricos llenos de encanto, con obras de pequeño formato que han sido un éxito, como la compañía eLe, Pavel Šmíd o Têtes de Mules en las Ruinas de San Agustín, donde el montaje no podía ser más acertado para el lugar.
En la calle, 22.800 espectadores disfrutaron de montajes de títeres de guante, hilos, circo, y entre ellos, 600 participaron en los talleres de Titirimundi, 1.800 personas pasaron por la exposición “Selfie Automaton” en el Palacio de Quintanar (abierta aún hasta agosto) y 800 niños y niñas se subieron al Carrusel d’Andrea, uno de los más emblemáticos del mundo, que ayer se despedía.
Impacto mediático
Indicativo de la demanda de Titirimundi es que el primer día de venta de entradas, en solo 3 horas se vendieron 4.000 y se repartieron en la ciudad 30.000 programas de mano. Titirimundi, que no puede contar con publicidad pagada, tiene, sin embargo, una capacidad de convocatoria de valor impagable y el impacto mediático se ha visto reflejado en artículos con un valor económico de 933.000 euros y 70 millones de audiencia según EGM, Comscore y Kantarmedia, así como su presencia en los telediarios de TVE 1 (15h y 21h), la 2 Noticias, Antena3TV fin de semana, España Directo, Canal 24h., TVE Territorial, RTVCYL y la cadena internacional Associated Press.
La web de Titirimundi ha recibido la visita, desde el comienzo de la venta de entradas, de 25.000 usuarios, que han entrado un total de 39.000 veces en la web a través de móviles, principalmente, 20% desde ordenadores y 5% desde tablets. La página de Facebook cuenta con 11.000 seguidores, 2.096 en Twitter y 1.820 en Instagram.
Continuar con la línea artística marcada por la calidad: un festival único en el mundo
Titirimundi volvió a imprimir de su espíritu la ciudad en una edición especial, la segunda sin su creador y la primera con programación íntegra de su sucesora, Marián Palma. Una edición donde, según señalan compañías y espectadores, se ha mantenido el alto nivel del Festival, con propuestas atrevidas, innovadoras, compañías emergentes y espectáculos que fusionan distintas disciplinas. Una 33 edición que ha fluido con un equipo sólido y solvente cuya firme pretensión es continuar con el legado de Julio Michel y la línea artística marcada por la calidad y la unión de vanguardia y tradición que Michel estableció, renovando miradas e impulsando nuevamente el teatro de títeres. “No lo dice la organización, sino que son las palabras de compañías que viajan por todo el mundo, para las que estar en Titirimundi es un sueño; Titirimundi no es una feria, es un festival con un espíritu único en el mundo, y por espectadores que viven Titirimundi como la primera vez y siguen viniendo para sentir, una vez más, esa irrupción de lo maravilloso en la vida cotidiana, como definía Julio a Titirimundi”, señala Palma. “Nuestro objetivo es mantener su calidad, cuidar de él e impulsarlo con nuevas y prometedoras propuestas. Titirimundi seguirá trayendo lo mejor del arte de la marioneta y mientras se pueda, convirtiendo a Segovia en referente. Titirimundi es la celebración de la Vida en la rutina de una Segovia transformada, por amor al arte, en el mundo fantástico con el que todos, alguna vez, hemos soñado. Y la verdadera fortuna es que podemos vivirlo llenos de gratitud durante estos días y del vínculo especial que se genera entre compañías, organización y público”, añade.
Atrapar la belleza, y sentir el aliento que necesitamos para vivir, respirar, la fragilidad del ser humano y su existencia, el pasado, lo que tenemos delante, el exilio y la vida como tránsito, como viaje (irrepetible), la muerte, como parte de la vida, los destellos de comunión con la Vida, la risa, el amor. Estos han sido los temas de los espectáculos de Titirimundi 2019 en lugares con vistas inigualables, como el Jardín de los Poetas, las Ruinas de San Agustín -con el montaje de Têtes de Mules hablando sobre la muerte- o la Real Casa de la Moneda, en la que se celebró el íntimo montaje de Xavier Bobés Cosas que se olvidan fácilmente, una obra para cinco personas en una habitación a la que se llegaba atravesando el jardín y que, ante la demanda, el próximo año podrá ser disfrutado. O el Jardín de San Juan de los Caballeros, con el concierto festivo y gratuito que Titirimundi ofreció a cargo de los Titiriteros de Binéfar.
Espectáculos de alta calidad y con precios asequibles en espacios de interior, que sostienen el Festival, en los patios donde se han podido ver montajes conmovedores y en una calle que se ha visto mermada por el frío repentino y por el descenso de visitantes llegados de la capital. “Organizar un festival de la magnitud de Titirimundi no es fácil y nunca llueve a gusto de todos. Los espectáculos de títeres para calle son los más complicados de encontrar y de programar si lo que se busca es la calidad. Animar una calle no es difícil, sí lo es si queremos mantener el mismo nivel en interior que fuera. Y para ello necesitamos hacer más funciones, traer más compañías y mayor implicación de la ciudad y de las empresas segovianas, hostelería, etc. Nos hemos acostumbrado a que, tras la crisis, Titirimundi se ha seguido celebrando con menos dinero y la misma calidad. Ya hemos demostrado que lo sabemos hacer, y queremos seguir haciéndolo como debemos, trayendo también montajes emblemáticos, como La Barraca antaño, montajes que empiecen aquí su gira, como Segovia y Titirimundi se merecen”, explica la directora del Festival.
Desde la organización, nos sentimos llenos de gratitud con el público, que siempre responde con entusiasmo, su presencia y comprensión, con la Prensa, interesada en informar y en hacer con nosotros cosas nuevas, transmitiendo el espíritu mágico del Festival, con los 140 voluntarios que colaboran con el equipo por amor al arte, con las entidades que posibilitan la consecución del Festival, con las instituciones que nos apoyan y los espacios que colaboran, y con todas las compañías, titiriteros, profesionales, profesores, colegios, que no sólo creen en Titirimundi, sino que hacen que el ambiente que se respira y se experimenta sea único en el mundo. Titirimundi continuará aún unos días por algunos pueblos de la provincia y por extensiones como Sevilla.